domingo, 22 de junio de 2008

La Inmigración en Zaragoza - El servicio ropero de San Juan de la Cruz


Pepa hace un gesto exagerado cuando le preguntas por el año en el que se empezó a recoger ropa donada en la parroquia de San Juan de la Cruz.

"Entonces se encargaba de todo una pobre mujer. Cada vez había más ropa y más gente y muchas veníamos y nos preguntábamos cómo podía encargarse de tanto ella sola".

Ahora es Pepa quien coordina el servicio ropero de la parroquia, con la colaboración de más de una veintena de mujeres voluntarias. Mujeres, en su mayoría de edad avanzada, que seleccionan, lavan, planchan, clasifican y ofrecen ropa de forma personalizada a quien acuda necesitándola.

Una ayuda para muchas familias -Pepa asegura que casi todas inmigrantes- que constituye uno de los más longevos ejemplos de cooperación desinteresada en Zaragoza.






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